jueves, 21 de julio de 2011

Por qué deben enseñarse las capacidades emocionales

Los escépticos se preguntan por qué es necesario enseñar a los niños, capacidades relacionadas con las emociones. Preguntan: "Acaso las emociones no surgen en ellos de una manera natural? ". La respuesta es "no", ya no.
Nuchos científicos creen que nuestras emociones humanas han evolucionado fundamentalmente como un mecanismo de supervivencia. El miedo nos ayuda a protegernos del daño y nos indica que debemos evitar el peligro. La ira nos ayuda a superar las barreras para obtener lo que necesitamos. Encontramos alegría y felicidad en la compañía de otros. Al buscar el contacto humano, encontramos protección dentro de un grupo así como la oportunidad de encontrar una pareja y asegurar la supervivencia de la especie. La tristeza respecto de la pérdida de una persona importante, envía señales para que dicha persona regrese, o una actitud de desamparo puede ayudar a atraer una nueva persona que puede actuar como sustituto de la persona que se ha ido.
Pero mientras que para nuestros ancestros primitivos, las emociones se adaptaban a las circunstancias, la vida industrial moderna nos ha enfrentado a desafíos emocionales que la naturaleza no ha participado. Por ejemplo, aunque la ira sigue desempeñando una función importante en nuestra estructura emocional, la naturaleza no anticipó que podía ser tan fácilmente provocada en medio de un embotellamiento de tránsito, mirando televisión, o jugando con videojuegos. Sin duda nuestro desarrollo evolutivo no pudo tomar en cuenta la facilidad con la que un niño de diez años podía encontrar un arma y dispararle a un compañero de clase frente a un insulto.
El psiquiatra Michael Norden, presenta una argumentación vehemente para que reconozcamos de qué manera los tiempos modernos han perjudicado nuestras emociones y en cierta medida han bloqueado su intento evolutivo. Escribe lo siguiente:


La mayoría de nosotros de nosotros ya no vive en aldeas de unos pocos cientos de habitantes o menos, tal como lo hacían los hombres de la Edad de Piedra, sino más bien en ciudades atestadas que forman una aldea global de casi seis mil millones de personas. Estas tensiones acumulativas de la vida moderna han desatado una avalancha de depresión, angustia e insomnio. Otros problemas resultan menos obvio, como por ejemplo el sobrepeso y el cáncer. La mayoría (de nosotros) se automedica (para controlar las emociones) usando cualquier cosa entre la cafeína y la cocaína; prácticamente nadie permanece ajeno a esta situación.


Si una vida agitada y apresurada ha vuelto a los niños propensos a la irritabilidad y la ira, podemos enseñarles a reconocer y controlar estos sentimientos. Si el temor al delito o a las mudanzas frecuentes, ha alejado a los niños de vivir en una comunidad abierta y cohesiva, podemos enseñarles las capacidades sociales para hacer y conservar amistades íntimas. Si su hijo se siente perturbado por un divorcio o un nuevo matrimonio, angustiado cuando enfrenta nuevas situaciones, o displicente respecto de sus tareas escolares, puede enseñarle capacidades específicas de Cociente emocional para ayudarlo a enfrentar  y superar los problemas normales del crecimiento.


Fuente: La inteligencia emocional de los niños. L. Shapiro

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Adri

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